Nueva victoria del Atleti, esta vez en casa ante el Alavés, en un partido tremendamente trabajado en el que os de Vitoria lo pusieron realmente complicado. Hubo que picar mucho. Muchísimo. Abelardo ha recuperado la autoestima de un equipo sin alma y en caída libre hasta hace unas semanas y lo ha convertido en un grupo solidario que anoche hizo de la solidez su principal arma para intentar puntuar en el Metropolitano en una gélida noche. Cerca estuvo de conseguirlo.

Típico partido de esos que se le atragantan al Atleti frente a un rival aculado en la frontal de su área y con las líneas muy juntas. Propuesta radicalmente opuesta a la que se tuvieron que enfrentar hace una semana en el Villamarín y a la que había que contrarrestar con distintas armas que las que se exhibieron allí. Tocaba dominar la posesión, mover el balón, tener paciencia y buscar velocidad arriba. No se consiguió en la primera parte, la cual no dejó más que dos disparos de Saúl y Koke, además de un balón no rematado por Gameiro tras una gran dejada de Griezmann.
Tras el descanso, la entrada de Correa por Thomas mejoró notablemente la movilidad de los de arriba y poco a poco comenzaron a aparecer grietas en la roca alavesista. Finalmente otro maravilloso centro cruzado entre la defensa y el portero rival de un rehabilitado Sime Vrsaljko fue rematado sin piedad por aquel al cual se empeñan en enterrar cada año. Por ese que que vive por y para su profesión y, sobre todo por y para el Atlético de Madrid. Porque hablar de Fernando Torres Sanz es hablar de sentimiento. Sí, de sentimiento. Eso que para algunos hay que tirar por el retrete. Porque verle a él dar la vida por su equipo de toda la vida no merece la pena. Porque ver al Cholo correr por la banda celebrando cada gol en la banda y abrazarse al Mono Burgos es una soberana tontería. Porque cualquiera puede ganar una Liga a Madrid y Barça y llegar a dos finales de Champions con varios centenares de millones de recursos menos que tus rivales, a base de solidaridad y sentido de pertenencia. Usted, que habla tanto de negocio por encima de sentimientos, ¿no se ha parado a pensar que lleva 30 años haciendo del sentimiento un negocio? ¿Que sin ese sentimiento, ya se habría largado a buscar otros «negocios»? Y para terminar, señor presidente, aunque usted diga lo contrario, Simeone siempre será recordado como un héroe en estas tierras. Incluso cuando llegue el lejano día en que decida marcharse. Se cree el ladrón que todos son de su condición, pero está muy equivocado. El Atleti es, por encima de todo, sentimiento.