Contracrónica: «VAR, todo ok»

Corría el minuto sesenta cuando el debutante, Morata, se internaba como un cuchillo en el área ante la última oposición de Feddal, que se lanzaba al suelo a la desesperada para cortar el avance del rojiblanco. Éste cubre el balón con su pierna izquierda y el bético le traba claramente derribándole al suelo y tocando el balón después. A partir de ahí, la misma incógnita de siempre que Velasco Carballo aparentemente había ayudado a despejar tras su última comparecencia en los medios y realizada de manera inmediatamente después a que Florentino Pérez protestara enérgicamente e incluso llamara personalmente al presidente de la Federación Española de Fútbol después de aquel penalti no pitado a Vinicius.

En esa comparecencia, Velasco Carballo dijo que el VAR revisa todas y cada una de las jugadas y para ello aportó una serie de ejemplos, entre los que se encontraba el famoso penalti de Rulli a Vinicius. En esa ocasión, como en otro de los flagrantes errores arbitrales sufrido por el Getafe en Bilbao, el trencilla de turno, monitor de 50 pulgadas, micrófono y pinganillo en ristre dijeron aquello de «todo ok», evolución siglo XXI de aquel «Rafa, no me jodas» de los 90. De lo dicho por Velasco y de lo visto en los ejemplos que aportó se entendía que el VAR tenía la potestad de corregir al árbitro de campo, cosa que desde cierto sector de la prensa se negaba argumentando que no se podía entrar en las jugadas de interpretación sobre el césped. En las jugadas mencionadas no se pitó penalti porque desde la central de Las Rozas dijeron que no lo había. Todo ok. Y ello a pesar de que las imágenes mostraban claramente lo contrario. ¿Corporativismo arbitral? ¿Ineptitud? ¿Ambas cosas? Vaya usted a saber… El caso es que parece que existe un especial empeño en cargarse un avance tan importante para conseguir un fútbol más justo, como es el videoarbitraje.

Apenas 5 minutos después, un balón colgado en el área del Atleti es golpeado por la mano de Filipe en una postura tan antinatural como absurda del brasileño, que se encuentra con el balón de una manera casi idéntica a como se lo encontró Vidal en el Metropolitano allá por noviembre. Aquella vez no fue penalti porque Vidal no vio el balón. Esta vez sí lo ha sido, a pesar de que Filipe tampoco lo ve. ¿En qué quedamos? Pues lo metemos todo en el saco de la interpretación y nos quedamos tan anchos. ¿Qué pasa entonces cuando una misma jugada se interpreta de manera distinta? ¿Por qué las manos de Casemiro, Vidal o Álvaro (del Villarreal en un disparo de Koke dentro del área) no son penalti y la de Filipe sí? Vaya por delante que estos cuatro casos de mano, incluyendo el de Filipe, para mí son penalti, sin embargo, la seguridad jurídica brilla por su ausencia cuando solamente uno de ellos es pitado y se aplica un criterio distinto a los demás.

Del partido en sí, ni un pero a la actitud del equipo en todo momento. Presionó sin descanso la salida del Betis y dominó el partido desde el principio, pero faltó lo que viene faltando toda la temporada: desborde a partir de tres cuartos de campo y gol. Morata lo tuvo al principio y Griezmann por dos ocasiones en la segunda parte, especialmente en un genial disparo que acabó en el poste. Se vio que Morata es mucho más que Kalinic. Estiró al equipo, jugó bien de espaldas y provocó un penalti no señalado. Como arranque con únicamente 5 entrenamientos con la plantilla, no está mal. Aún le falta instinto y algo de sangre. Con Simeone ahí terminará llegando.

En definitiva, se pierde un partido que no se tendría que haber perdido nunca por cómo se jugó y por tener la posibilidad de echar el aliento en el cogote del Barça, merced a un penalti absurdo de un Filipe con la cabeza en otro sitio desde agosto y a otro no señalado, pese a tener todas las herramientas visuales para hacerlo. Todo ok.