Escribió el norteamericano Bierce que hacer planes es preocuparse por encontrar el mejor método para lograr un resultado accidental. En el caso del Atleti tuvo siempre uno pero no terminaba de funcionar fuera por la suerte, el árbitro, o el acierto del Málaga. Tuvo que recurrir a Correa para desordenar el plan y conseguir su resultado que no tiene nada de accidental. Pareció, sin embargo, un accidente por la forma en la que entró el balón entre los tres palos. Disparo lejano, tocó en Albentosa y se hizo inalcanzable para Ochoa que se agigantó en un escenario magnífico como el Calderón.
Por momentos cierta sensación de angustia se fue instalando en el equipo. Como si fuera a repetirse la historia de hace dos años cuando se dejaron dos puntos frente al mismo equipo, impidiendo el alirón una jornada antes de ir al Camp Nou. Pero nadie estaba por la labor de que eso sucediera. El Málaga buscaba ganar de cualquier manera. Pareciera que se jugaba la vida. Pérdidas de tiempo, jugadores que se encaraban, entradas feas que el de negro no supo parar. Utilizó todas que están en el filo del reglamento para conseguir premio en forma de 3 puntos a los que muchos atléticos le pusieron el nombre de maletines. Entre el Málaga y Correa hubo de todo menos orden.
La jugada más fea de la tarde, por antideportiva, fue la protagonizada desde el banquillo local. Los boquerones se lanzaban al contraataque en un dos para uno, pasaba la jugada justo al lado de la zona de banquillos y, tal y como confesó Simeone en rueda de prensa, un chaval por petición del entrenador mandó un balón al campo para entorpecer la jugada. No lo consiguió. En cambió el único efecto de la jugada fue la expulsión del entrenador. El reglamento es muy claro en este aspecto: si un balón sale del banquillo (o su zona) y el árbitro no puede identificar al lanzador debe expulsar al entrenador que es el máximo responsable de la zona del banquillo. Las consecuencias de la jugada pueden ser desastrosas, con arreglo al reglamento de la RFEF la expulsión por este motivo puede acarrear un mínimo de 3 partidos de sanción. Justo lo que queda de Liga. El Cholo verá el final de temporada desde la grada.
Los rivales siguen manteniendo el pulso, en la lucha por la Liga. Ninguno de los tres muestran algún síntoma de flaqueza. Ahora llega la Champions y habrá que esperar a ver cómo influye tanto en el Atleti como en el Real Madrid en sus aspiraciones de conseguir el título liguero. El Barça respira por descansar para poder salvar una temporada que ha estado a punto de tirar.