Hace 10 temporadas se mezclaban en el Atleti jugadores como Forlán, Agüero, Maxi o Simao, con tipos que formaban parte de la no tan lejana historia negra del equipo, como, por ejemplo, Maniche, un tipo que vino con caché de estrella, aunque no nos dijeron que donde lo iba a ser realmente es en la noche madrileña y no en los terrenos de juego. Pues bien, aquel equipo entrenado por Javier Aguirre, de mucha pegada arriba, pero con aires de verbena de medio campo para atrás, fue el último que ganó en el Ciutat de Valencia hasta esta noche, un campo en el que casi se escapa una Liga y donde probablemente se escapó la Champions ese mismo año. Un campo que provocaba terror entre nuestras filas, hasta tal punto que cuando cada mes de julio se presenta el calendario de Liga la visita a ese estadio se marcaba en rojo, junto a los partidos ante Madrid y Barça. Un campo en el cual Simeone no ha sido capaz de ganar, comandando nada menos que el momento más glorioso en la historia del Atlético de Madrid.

Paradójicamente, en esta ocasión el miedo duró escasamente media hora, que fue lo que tardó el Levante en hacerse el harakiri, primero tras un gol en propia puerta, y después tras un no se sabe cómo calificarlo de Chema, dejando el balón de cara a Gameiro a puerta vacía al pretender despejar un tiro de Correa que se colaba tras sortear al portero. Ver para creer. Diez años de sufrimientos, sinsabores y desgracias yéndose por el retrete. Lo que se preveía como una visita al dentista, se convertía en una agradable visita turística y el Atleti quiso hacer sangre. Vaya si lo hizo. Lo necesitaba para terminar de espantar todos los fantasmas que habían estado acechando durante la travesía en el desierto del mes de octubre. Destrozó a su rival a la contra en un partido en el que, tanto Griezmann como Gameiro marcaron y se asistieron por partida doble. Fueron 5, pero pudieron ser 3 ó 4 más. El Atleti terminó de volver en el campo que menos se pensaba y lo hizo a lo grande. Mientras, lo que hace un mes era para algunos el final de Simeone y de este ciclo, hoy se traduce en un equipo que acaba el mes de noviembre sin haber sido derrotado en Liga, tercero en la clasificación. El bautizado como peor Atleti de Simeone lleva sin perder fuera de casa una vuelta completa y ha salido de un tremendo agujero negro a la espera de que llegue el ansiado mes de enero, haciendo bueno el refrán que dice que no hay mal que cien (o en este caso diez) años dure.