
FOTO: AtléticoDeMadrid
Bastaron 22 segundos para poner las cosas en su sitio y encarrilar la eliminatoria. 22 segundos en los que un regalo de esa caricatura de central llamada Coates fue aprovechado por Diego Costa para asistir a Koke que remató a placer. La eliminatoria se ponía 1-0 casi desde el vestuario y el Atleti se encontraba ante su escenario preferido. Acto seguido un remate de Godín a la salida de un córner fue repelido por Rui Patricio como pudo. El Sporting salió al Metropolitano como una tierna gacela en medio de una sabana africana llena de leones, y claro, los leones olieron la sangre rápidamente y pasó lo que tenía que pasar. En cualquier caso, los locales no prolongaron el asedio. Durante 20 minutos dieron un pasito atrás y el Sporting pasaría a dominar y a inquietar el área de Oblak, que salvó el empate en un mano a mano con Gelson Martins, el mejor de los portugueses anoche, mientras le aguantó la gasolina.

Se acercaba el descanso y todos dábamos por bueno el 1-0, hasta que una eléctrica combinación entre Saúl y Griezmann, facilitada Mathieu, el otro calamitoso central del Sporting, acabó con Antoine entrando hasta la cocina para hacer el 2-0 y hundir un poco más a los portugueses al filo de terminar la primera parte.
Nada más empezar la segunda, continuaría el festival de los centrales visitantes. Si en el segundo gol fue Mathieu, ahora le tocaba el turno a Coates, tragándose un balón largo y dejando solo a Diego Costa, que tuvo tanto tiempo para pensar, que terminó topándose con Rui Patricio. Fue la constatación de que Coates solamente tiene de uruguayo el pasaporte. Aunque después del partido que completó, no les extrañe que hoy mismo empiecen los trámites para retirarle la nacionalidad.
En esta segunda mitad, el Atleti no reculó y siguió insistiendo en la búsqueda del tercer gol. Hasta que a 10 minutos del final, tras ver que faltaba acierto en los últimos metros, dejó de mirar a la portería rival y decidió concentrarse en la propia. Parecía que nada iba a pasar hasta que en le 90, un balón suelto en la frontal fue cazado por Bryan Ruiz, cuyo disparo seco y raso fue repelido milagrosamente por Oblak, que cada partido agiganta su figura un poco más. El rechace posterior fue desaprovechado por Montero. Ahí acabó el partido y muy posiblemente la eliminatoria. Con semejantes centrales no se puede ir muy lejos…