San Mamés volvió a ser un escenario idílico para el Atlético de Madrid. Como un oasis en el desierto es lo que supone para los de Diego Pablo Simeone ir a territorio bilbaíno, donde florece todo el potencial del Atlético de Madrid. Terreno perfecto para que Antoine Griezmann vuelva a ser el que conocemos, «en su casa» volvió a ser el de siempre. Maravilloso. Ocasión por ahí, asistencia por allá y victoria para su verdadera casa, al menos este año. Partido de gran nivel el del francés que fue clave en los dos goles y volvió a demostrar, en el escenario en el que deslumbró como colchonero, que es un Top mundial en el arte futbolístico.

Simeone sigue con su racha en el estadio del Athletic, mas bien en el nuevo San Mamés, seis visitas y el resultado es más que positivo. Cinco victorias y un empate. Le tienen atravesado, fue el primero en ganar en el nuevo feudo de los leones y sigue siendo territorio fetiche para el astro-entrenador argentino. No es casualidad. En los grandes escenarios, como este, el Atleti de Simeone es cuando más demuestra su talento, su coraje, su pasión y su capacidad de sufrimiento que va en el ADN colchonero. Ni ayer pudimos dejar de sufrir, cuando todo parecía resuelto, un gol de Raúl García nos hizo padecer un minuto de microinfartos. Bendito sufrimiento, con él siempre saben mejor las victorias.
Sufrimiento cuando pitaron un penalti injusto al Athletic y Aduriz se disponía a tirarlo, bueno para ser sincero, cada vez menos sufrimiento cuando los rivales se disponen a tirar una pena máxima. Oblak ha mejorada en esta faceta, menuda mejora, a ser su debilidad a pasar a ser el portero en activo de La Liga con mejor porcentaje en los 11 metros. 6 de 10 detenidos, este porcentaje le gustará a Antoine Griezmann. Ya no hay dudas, al menos para los colchoneros, Jan es hoy el mejor portero del mundo. Salva puntos, transmite seguridad y ahora ya no se pueden burlar del esloveno por su habilidad en los penaltis. Algunos habrán dormido mal esta noche.
Correa sigue dando pasos en su progresión futbolística, Koke sigue sumando en la sombra, Thomas no para de crecer, Lucas es el futuro y los inventos de Simeone, Giménez en el lateral, funcionan. Todo es perfecto en Bilbao menos el arbitraje de Estrada Fernández. En el «VAR» no hablaré de conspiraciones, pero pediré el VAR que la federación rehúye.