Sería interesante saber qué es lo que ocurrió en el vestuario del Atleti en el descanso y qué es lo que dijo Simeone para que el equipo fuera otro muy dist minutos minprimer tiempo. Más allá de las sustituciones de Trippier y Lemar por Arias y Diego Costa, de repente los rojiblancos entendieron lo que se lleva esperando de ellos desde que empezó la temporada, y lo hicieron en un campo tan complicado como el Pizjuán, ante un gran rival que se había puesto por delante en el marcador poco antes del minuto 20. Todo lo que no habían sabido hacer en el primer tiempo, en el que únicamente se ofreció rigor táctico sin balón a excepción de la jugada del gol de los sevillistas, quedó borrado de un plumazo nada más echar a correr el balón desde el círculo central en la segunda parte.
En solamente cinco minutos, Arias fue un puñal por la derecha, Koke se echó el equipo a la espalda, Thomas tocaba a rebato una y otra vez desde su área hasta el área rival, Costa volvía a parecerse a Costa, Correa volvía a ser ese jugador imprevisible y desequilibrante entre líneas y Morata volvía a encontrar el camino del gol un partido más. Minutos antes del empate, Arias, Correa y Costa ya habían enseñado el camino que llevó al empate. Un fuera de juego muy justo de Correa y el VAR pospusieron el empate a una jugada posterior prácticamente calcada que solamente cambió a Costa por Morata en el remate final. El Atleti explotó la vía de agua a la espalda de Navas en el segundo palo hasta conseguir el empate. Lopetegui vio el problema y consiguió equilibrar nuevamente el partido con la entrada de Joan Jordá. A pesar de ello, un absurdo penalti a Koke concedido por el VAR era desaprovechado por Costa y por el propio Koke en el rechace. El penalti fallado espoleó al Sevilla que volvía a empujar con peligro, pero el Atleti no renunciaba a nada guiado por Thomas y Koke. Y cuando el desgaste físico de los visitantes en busca del segundo gol partía al equipo en dos, ahí emergía Felipe para evitar las acometidas locales. Los minutos de descuento fueron una locura total con los de Simeone volcados en la búsqueda de la victoria aún a costa de poder perder el partido.
Y llegó la jugada que provocó la interpretación arbitral más esperpéntica que se recuerda, que ya es mucho decir teniendo en cuenta todas las que vemos cada semana. Resulta que un remate de Morata en boca de gol, era sacado en línea de gol por Koundé de todas las maneras ilegales que se le pueden ocurrir a uno, reteniendo el balón primero con el brazo y luego entre las piernas haciéndose un ovillo sujetando el balón entre las piernas y el abdomen e imposibilitando que se pudiera jugar. Pues bien, González al cuadrado decidió pitar lo único que no se produjo: falta en ataque de Morata, cuando lo mínimo que se había producido era un libre indirecto en la misma línea de gol. Uno tampoco entiende cómo el VAR tampoco vio cómo primeramente Koundé frenaba el balón con el brazo, pero ya llueve sobre mojado en lo que a la manera de aplicar el VAR se refiere en la mejor Liga del mundo. Aún habría tiempo para que Thomas también desperdiciara una clarísima ocasión dentro del área que una pierna sevillista sacó a córner cuando el balón entraba. ¿He dicho córner? Pues González al cuadrado y sus asistentes decidieron que había sido saque de puerta…
El partido terminaría medio minuto después con la sensación de haber perdido dos puntos debido a la ya consabida falta de certeza en el remate y al esperpento arbitral, pero con una grandísima demostración colchonera de juego en la segunda parte. Aún falta la continuidad necesaria y el tono físico adecuado para mantener ese ritmo de juego durante 90 minutos, a pesar de que lo que vimos en Nervión es el camino correcto. Tampoco olvidemos que este año les está costando ganar a todos, no solo al Atleti y eso es lo mejor que podría pasarle a la Liga. Todos los equipos han elevado el nivel. Lástima que no se pueda decir lo mismo del estamento arbitral.
