Cuando estábamos a punto de salir vivos del repaso físico y táctico que el Chelsea estaba infligiendo a los nuestros, llegó el mazazo terrible en la última jugada del partido. Hay que decir que visto lo visto, el resultado es justo. Justísimo. Los ingleses tuvieron el partido donde quiso en todo momento y solamente la falta de pegada evitó un resultado más abultado.

Desde el primer momento las sensaciones no fueron buenas. Kanté y Bakayoko barrían y empujaban constantemente a Saúl y a Thomas contra la defensa, que no daban abasto, y Hazard se movía a sus anchas entre líneas encontrando siempre a Morata en posición de remate ganándole la partida a Godín. Así una y otra vez. A la vez, Moses y Marcos Alonso, como carrileros largos obligaron constantemente a Filipe y Juanfran provocando infinidad de situaciones de 2 contra 1 y ensanchando el campo al máximo. En definitiva, supieron buscar muy bien las cosquillas al bloque granítico que suele ser el Atleti, provocando demasiadas vías de agua.
Mediada la primera parte, Simeone decidió frenar la sangría colocando a Griezmann como punta de lanza, a Correa y Carrasco abiertos en banda para ayudar a tapar las subidas de los laterales y a Koke por detrás. Ahí el partido se igualó un poco hasta que milagrosamente nos fuimos ganando al descanso gracias a una de esas tonterías que comete David Luiz muy a menudo. Hay que decir que el penalti fue muy similar al que hizo Giménez a Javi Martínez en la vuelta de la semifinal en el Allianz en 2016 y que este mismo árbitro se encargó de señalar. No solo nos fuimos al descanso con un 1-0 irreal, sino que bien podría haber sido un 2-0 si Saúl hubiera acertado a envocar con la derecha un rechace de Courtois hacia el centro del área.
Fue un espejismo. El gol y la salida tras el descanso no cambiaron nada. El Chelsea continuó con su asedio hasta que por fin logró su objetivo de marcar. A partir de ahí mucho corazón e ímpetu, pero poco resultado. La entrada de Torres consiguió estirar al equipo lo suficiente como para que el Chelsea viera cierto peligro de volverse de vacío. A partir del minuto 80 parecía que todos daban por bueno el empate y en esas, un repliegue tortuguesco de Gaitán, una falta absurda y la última jugada del partido.
Un palo, sí. Pero no se me asusten los agoreros y los no agoreros. El primer puesto está casi imposible, cierto. Sin embargo, el segundo está solo a 3 puntos. Vienen los dos partidos del Qarabag, a la Roma le vienen los dos partidos del Chelsea y después tienen que venir al Metropolitano. Francamente, no veo a la Roma ganando al Chelsea y después al Atleti, máxime tras ver la superioridad que se demostró en el Olímpico. Tranquilidad. Este equipo en estos años ha dejado fuera a potencias como Barça (x2), Milan, Chelsea, Bayern y está de sobre capacitado para ganar los próximos tres partidos que vienen y a plantar cara en Stamford Bridge después de aprender la lección de anoche. Después de todo, ya saben: El que no crea que no venga.