Tras un inicio liguero gris, salvando un punto ante un gran Girona recién ascendido, era más que evidente que había que cambiar algo en el medio campo y así lo hizo Diego Simeone ante Las Palmas. En este artículo vamos a repasar las claves que han hecho recuperar el orden táctico y control del medio campo.
Empezaremos hablando por el 14 del Atlético. Sabemos que Gabi es la extensión del Cholo en el campo, pero no hay que olvidar nuestro capitán tiene ya 34 años y el puesto de mediocentro no es precisamente una posición en la que se pueda “descansar” y más en el Atlético de Madrid. Al jugador debemos estarle muy agradecidos, fue pieza clave para conquistar nuestra última Liga y Copa, sin embargo hay que reconocer que Gabi no es el que era y ha habido un declive en su rendimiento desde el año pasado; sigue teniendo el mismo peso pero está más impreciso y sobretodo ese punto físico que no es suficiente como para seguir manteniendo la titularidad. Aquí entran los jóvenes como Thomas. Después de su excelente pretemporada, el ghanés merecía una oportunidad en el 11 titular y respondió a las mil maravillas con datos irrefutables: 90% de acierto de pases, 7 recuperaciones, 50% de balones divididos ganados y 1 gol. Todo esto fuera de casa, un jugador que no ha sido titular de manera continua desde que volvió al club y que tiene 24 años. Merece continuidad.
Otra de las claves fue Saúl. A pesar de que se le nota que se ha incorporado tarde a la pretemporada, el canterano se deja todo lo que tiene. Cuando esté en plenitud física ya sabemos lo que es capaz de hacer. Tiempo al tiempo, el 8 volverá a ser clave. Es una de las piezas clave de Simeone desde su llegada y de los pocos canteranos que ha conseguido consolidarse, esto demuestra su calidad técnica en los terrenos de juego. Un todo campista y es que el Cholo cuenta con el tanto en le doble pivote como acostado en una de las bandas, siendo clave en casi todas las variaciones tácticas del argentino.
No nos olvidamos de Carrasco, otro del medio campo fundamental en ataque, extremo puro que cuando juega a pierna cambiada y está fino es como un cuchillo a la mantequilla. El sábado en Gran Canaria hizo lo que sabe, regate, 1 contra 1, velocidad y gol. Fundamental el belga cuando está en buena forma. Tras un primer año espectacular el pasado no consiguió una regularidad y se le vio impreciso, como a muchos de sus compañeros. Este año intentará ceñirse a esa regularidad que le haga uno de los mejores del mundo.
Pero sin duda el hombre del mediocampo fue Koke. No se puede ser centrocampista más completo que el vallecano el sábado. Asistencia, dos goles de distinta factura (complicados ambos), siempre ayudando a sus compañeros y el que más corre. Inmejorable el canterano. El de Vallecas debe tomar los galones suficientes para llevar, de nuevo, al Atleti a lo más alto del Olimpo. Cuando el canterano está bien el equipo lo nota. De ejemplo, el año de La Liga. Koke era una máquina de filtrar pases de gol y colgar balones parados como misiles. Algo que se aprovechó. Sin embargo desde aquel año su nivel bajó y el equipo lo notó. Parece volver a su mejor versión con un partido perfecto.
Todo esto quiere decir que si el Cholo decide dar entrada a los jóvenes que han dado un paso a delante y sobretodo tienen continuidad, el conjunto mejora. Que cuando no se rifa tanto el balón los rojiblancos son otros y si le sumamos que los centrocampistas además de aportar trabajo y asistencias, suman goles, unido a la mordiente del inicio, no conformarse con el resultado e ir a por el rival aunque se tenga ventaja, estamos ante una evidente y muy necesaria mejora del equipo que solo esperemos perdure en futuras jornadas.