Estimado D. Diego Pablo,
Le escribo con motivo de la entrevista que concedió a «El Transistor» para decirle una cosa: Gracias. Tras más de cinco años seguimos ilusionados como el primer día, aquel frío 23 de diciembre, a las puertas de Navidad, cuando llenó de ilusión los corazones de todos los atléticos cual niño en la noche de Reyes. Y es que, nos hace vivir en una continua noche de Reyes, que bendita continua noche.

El dolor está ahí y quien diga que no, miente. Volvió a representar el sentir de todo aficionado colchonero, más aún cuando señaló que «Cuando escucho el himno de la Champions siento dolor«, a lo que prosiguió con una frase de las suyas, de esas que le salen sin pensarlas: «Pero el dolor es la fuerza más grande que tenemos«. Estimado Simeone, usted nos ha vuelto a hacer grandes, usted es grande. Una vez más no volvió a dar puntada sin hilo, nos hizo sentirnos identificados con sus palabras y es que «jugamos tan mal que por eso mismo competimos tan bien».
En este tramo final de temporada, donde decía Don Luis Aragonés que se conseguían los éxitos, (por cierto, bendito D. Luis al que usted quiere emular con la albiceleste), ha hecho volver a los atléticos a la noche de Reyes. Bueno, a ese grupo que dejaron de creer en usted, porque otro grupo grande nunca lo dejamos de hacer. Y es que, creímos, creemos y creeremos en usted por encima de todo.
Sólo me sale concluir esta carta como se empezó, dándole las gracias. Gracias por hacernos ser un niño en la noche de Reyes durante los 365 días del año, gracias por nunca dejar de creer, gracias por un sin fin de cosas, pero al final de todo, queda una cosa clara… GRACIAS CHOLO.
Atentamente. Andrés Fernández.