
En el Atleti la peculiaridad de lo que se denomina “leyenda” se define por el número de partidos jugados. En concreto se establece la fácil cifra de 100 partidos. Lo que equivale a haber jugado 2 temporadas y media al menos un minuto en cada uno de los partidos. Da igual su incidencia en el club, su identidad, su trato con el aficionado, la defensa de los colores o los registros que haya conseguido. Algo tan sencillo de medir con el cariño del aficionado medio se estableció por criterio objetivo del número de partidos alcanzado. De esta manera podemos ver como alguien con 417 partidos comparte paseo de las leyendas con Courtois, Hugo Sánchez, o Antoine Griezmann.
Ese es Koke. El hombre (por aquel entonces niño) que plantó la bandera rojiblanca en el centro del Bernabeu tras ganarle la Copa al vecino tiene la misma consideración que los arriba mencionados. Para entender lo grave del asunto basta con mirar las estadísticas. Con 27 años puede meterse esta temporada en el top 3 de jugadores con más partidos jugados con la elástica rojiblanca. Sus números son 38 goles, 79 asistencias y 7 títulos. Datos que pueden ser minusvalorados pero que solo hacen afianzar la impresión de que estamos ante una leyenda viva del Atlético de Madrid. Paso a paso, partido a partido, Jorge Resurreción Merodio va camino de ser el jugador más importante en la historia del club, un hombre récord. Primer capitán esta temporada y cerebro del equipo.
Sacrificado donde haga falta, entiende como nadie lo que su entrenador les pide. Y entiende el juego como pocos en el equipo. La recurrente frase cuando el vallecano se pierde un partido “se nota cuando Koke no está” no es cliché. Es una realidad. El equipo se descompensa, faltan rigor táctico, equilibrio y templanza. El primero en defender, acudir la presión o sumarse al ataque, sabe siempre donde tiene que estar. No se le caen los anillos por tener que correr más, ser el que más kilómetros hace del equipo por partido, “no se jugar de otra forma” decía este verano en una entrevista. Dejándose el alma en cada partido representa todo lo que el aficionado colchonero quiere. Jugadores entregados, profesionales y que sean aficionados como ellos.
Con Koke hasta el final. Ojalá lleguen otro 417, ojalá poder tener otros tantos como él. Uno de nosotros.