Joao Félix. Ese es el nombre del flamante joven al que media Europa mira de reojo mientras el Atleti se hace con sus servicios. Un muchacho con sólo una temporada con el primer equipo del Benfica y que le ha valido para convertirse en el fichaje más caro de la historia del club. Eso no es sinónimo de éxito, se lo puede decir Lemar que costó 70 millones el pasado verano. El joven luso llega como pseudo remplazo de Antoine Griezmann y lo normal es que surjan comparaciones de todo tipo, empezando por el precio.
Sin embargo no es el mismo tipo de jugador, no juegan en la misma posición y desde luego desconocemos los planes de Simeone para este talento. Tampoco llega a un lugar parecido. El Atlético de Madrid al que llegó Griezmann venía de campeonar, con un grupo compacto y formado, plagado de gente de referencia y líderes de vestuario. Con todas estas diferencias mediante será su rendimiento, a partir de agosto, lo que sea objeto de examen continuo y comparación con el 7 francés.
120 millones de euros (o eso dicen) son muchos para una promesa. O se revaloriza porque despunta en dirección al cielo o se hunde en el infierno más profundo, o peor y se convierte en un Lemar. Los fiscales de la operación y los histriónicos de la afición ya tienen las escopetas cargadas a la espera de la primera mala actuación, de lo tedioso de la adaptación o cualquier cosa que les sirva para acusar al chaval de pechofrío o al Cholo de mal entrenador. Si sale bien buen acierto de Gil Marín, si sale mal será por culpa del entrenador. Y quien gana en medio es Mendes, siempre Mendes. Que se va a llevar una comisión estratosférica, y que pase lo que pase saldrá ganando.
Pocos serán los que pidan tiempo, los que digan que con tanto cambio hay que tener paciencia, que digan que un proyecto deportivo no se construye (o se reconstruye) de la noche al día. Más bien lo contrario, que si gran inversión, que si la mejor plantilla de la historia, que si a por la Champions. Todo con ese tufo que el comportamiento de vecino blanco. Y olvidarán los errores del pasado, que esto ya lo hemos vivido antes, que estas cosas no benefician al grupo. Ustedes pueden elegir entre tener paciencia o fiscalizar desde el primer minuto. Entre confiar en Simeone o seguir la corriente de algunos inquisidores. Yo prefiero optar por intentar disfrutarle mientras podamos.
Creo que estas cometiendo un error Juan al considerar a LEMAR como fracaso,no olvides que la mayoria de los comentaristas deportivos despues del la final de la Supercopa en Tallin ,se volcaban en elogios a este jugador .
Dejemos a EL CHOLO que le recupere ,como bien dijo este puede ser el año de LEMAR