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OPINIÓN. El amor, según la RAE, es el «sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser«. Señores y señoras. Le pese a quien le pese. Lo que existe en el Atlético es amor. Señores, amamos al Atlético de Madrid. Pese a tener todo. Pese a no tener nada. Y es que, un día dijimos de estar «Orgullosos de no ser como vosotros». Así es, estamos orgullosos de ser el Atlético de Madrid. Pero no de un Atlético de Madrid cualquiera. Del Atlético de toda la vida. Del Atlético de Simeone. Del Atlético de Gabi, Saúl, Koke, Godín, Giménez…

Ha tocado caer. Caer para levantarse. Y es que en el Atlético, combato y me levanto. Somos un equipo diferente, que está hecho de otra pasta. Y para los que no lo sepan… hemos caído mil veces. Pero cuidado, este Atlético se ha levantado mil y una. La guardia pretoriana de Simeone ha caído en Copa y Champions, sí, pero se levantarán. Así lo aseguró Giménez, un hombre de pertenencia. Un hombre que siente el Atlético de Madrid. Giménez dijo: «A la afición les digo que estén tranquilos, que confíen en nosotros que vamos a sobrellevar esta situación“. Estén tranquilos. Lo dice un hombre de categoría. Lo dice alguien que de verdad siente el Atlético de Madrid como lo sentimos nosotros.
Son momentos duros. Momentos en los que de verdad se sabrá quien de verdad es Atlético de Madrid. Quién de verdad siente amor por estos colores. Y es que, es difícil de comprender. Es difícil de entender como, tras una eliminación, sale este orgullo incomprensible de los atléticos. Y es que señores, somos el Atlético de Madrid. Solo agacharemos la cabeza para besar el escudo del Atlético de Madrid. Después, nos levantaremos y combatiremos. Pese al dolor interior, el Atlético de Madrid nos hace diferentes. ¡AUPA ATLETI!