
Los primeros jugadores del Atlético de Madrid han debutado en los Juegos Olímpicos con una surrealista situación.
Los Juegos Olímpicos de París 2024 iniciaron hoy con la primera jornada de la disciplina futbolística, en la que la España de Pablo Barrios y Samu Omorodion, y la Argentina de Giuliano Simeone, se medían ante Uzbekistán y Marruecos respectivamente. Partidos aparentemente sencillos, al menos del lado español pero, sin duda, han sido tan entretenidos como difíciles.
En la parte española, Pablo Barrios fue el único titular de los rojiblancos mientras que Samu Omorodion se mantuvo expectante en el banquillo e Iturbe en la grada al ser uno de los cuatro descartes de Santi Denia. El centrocampista fue uno de los más destacados de los rojigualdos pese a jugar en un contexto complicado: actuó de pivote único, ayudando en la construcción del juego de la selección gracias a su inteligencia en la toma de decisiones y la capacidad de romper líneas mediante el pase. Su trabajo defensivo fue óptimo, especialmente en el primer tiempo, pero al actuar de ancla y recibir constantemente la presión rival en la zona de iniciación, España sufrió varias pérdidas y Barrios quedó expuesto. Marc Pubill desbloqueó el marcador anotando de cabeza en una jugada ensayada a balón parado, pero Uzbekistán empató de penalti por medio de Eldor Shomurodov. Penalti, por cierto, un tanto riguroso señalado por parte del colegiado africano.
Comenzada la segunda mitad, Santi Denia realizó ajustes y se vio a una selección con mucha más energía, vitalidad y empuje con respecto al primer tiempo. Oroz recibió una dura falta en el interior del área llegando a línea de fondo, provocando un penalti a favor de España que, por desgracia, Sergio Gómez terminó por errar. Por suerte para él, a los pocos minutos, Miranda envió un pase al interior del área rival que el propio Sergio se encargó de mandarla a guardar con un potente disparo en una acción terriblemente defendida por el equipo asiático. Samu Omorodion entró en el minuto 87′ para aportar esa potencia física que tanto le caracteriza y hasta fue amonestado en una acción simplona con el meta contrario. España sumó sus primeros 3 puntos en el torneo y se coloca líder.
Argentina sufrió un episodio polémico nunca antes visto en su duelo ante Marruecos, que llegó a ponerse 2-0 por delante al inicio de los últimos 45 minutos. Giuliano Simeone entró como revulsivo en el 56′ y, gracias a su olfato goleador y persistencia, recortó distancias en el 68′ tras empujar un pase de Soler. Premio merecido para el jugador que, desde que tuvo continuidad en el Alavés, no deja de dar motivos más que de sobra para seguir ilusionándose con el menor de los Simeone. No solo del gol vive, puesto que se dedicó a trabajar defensivamente como lo hizo en un repliegue fantástico desde el área rival para evitar uno de los ataques marroquíes. Y, después de adicionar 15 minutos, Cristian Medina hizo el 2-2 definitivo tras una jugada en la que se mezcló épica, fortuna y varias acciones caóticas que terminaron por beneficiar los intereses de los de Mascherano.
Surrealismo total
Es aquí donde llegaría la polémica: uno de los jugadores albicelestes remató en fuera de juego en el gol del empate, pero el árbitro lo validaría en primera instancia. A causa de ello, varios aficionados marroquíes saltaron al terreno de juego, además de lanzar diversos objetos entre los que había petardos. El colegiado declaró el duelo como interrumpido y, una hora y veinte minutos después, tras varias revisiones en el VAR, el árbitro decretó que el gol sería anulado. Se jugaron únicamente tres minutos de lo que le restaba al partido y finalmente Argentina caería por 1-2 en el partido inicial.