Vitolo dio la victoria al Atlético con un tanto en solitario en un día donde se acabó la mala racha en Butarque. Joao Félix mostró una muy buena versión asistiendo al canario y Koke hizo de sostén en el medio del campo
Segunda jornada y visita a un estadio maldito para el Atlético de Simeone. Butarque y Leganés siempre es complicado y en esta temporada no iba a ser menos. Todo ello en un duelo con el único cambio de Lodi por Hermoso en el lateral izquierdo pese a las dudas de la semana. Butarque volvía a la palestra, los Indios querían sumar tres puntos en territorio comanche.
El encuentro arrancó con Morata enchufado arriba en busca del primer gol del partido. El madrileño recibió una pared de Koke y de primeras la pegó rozando el palo. El delantero español pudo abrir el marcador con un gran golpeo de interior. El cuadro colchonero, hoy de negro, se encontraba mucho mejor sobre el verde y Trippier, al igual que ante el Getafe, se mostró muy incisivo. Hoy sin Lodi por la izquierda, el puñal iba a partir por la derecha con el inglés y un Koke que siempre es capital. Los de Simeone eran mejores y se encontraban cómodos sobre un terreno de juego en donde el cuadro pepinero no conseguía hacer daño al Atlético. A la media hora de juego fue el propio Morata quien recibió de Trippier. Pase a la espalda de la defensa y el madrileño, de primeras, no consiguió sorprender a Juan Soriano. En los últimos tramos del primer tiempo el Lega mejoró pero sin oportunidades claras para los de Butarque.
El inicio del segundo tiempo arrancó vibrante y eléctrico. El Atleti tuvo la primera por medio de Koke y Joao Félix. El vallecano fue con fe a robar y sobre la línea de cal se llevó el esférico. La puso al corazón del área donde el portugués, de media tijera, la pegó pero el balón se fue alto. Ocasión clarísima de gol y respondía de forma clara el Leganés. Desde la frontal, falta clara y Silva puso un balón medido que repelió el travesaño. Y de palo a palo fue el encuentro, tras un centro lateral Rosales se lanzó en plancha para evitar el remate de Saúl pero el esférico se topó con la madera. El palo evitaba el gol colchonero. Eléctrico y vibrante el partido en quince minutos de puro fútbol, y es que el Leganés se lo creía. Savic erró y puso en peligro la meta colchonera, pero ahí apareció Oblak que puso el candado a su meta. Malos minutos ahora para un Atleti que sufría en Butarque. El Cholo intentó dar más proyección al Atleti por medio de Vitolo, que no conseguía conectar, y minutos después fue Llorente el encargado de salir al verde. Y si Vitolo no entraba en juego, apareció Joao Félix que se la dejó a Vitolo y el canario no falló. El Niño Maravilla se deshizo de dos, encontró a Vitolo y el canario, tras un control perfecto batió a Juan Soriano.
Tras el gol el Atlético estaba mucho mejor en una segunda mitad en la que se supo sufrir. Los desplazados en Butarque se hacían notar y con cuarto de hora para el final, los tres puntos regresaban al Metropolitano. Los minutos pasaban y todo hacía indicar un final plácido pero Oblak tuvo que intervenir a un disparo de Roque Mesa. Pero la más clara la tuvo el Atleti por medio de Morata que pudo sentenciar el encuentro. Balón de Koke al madrileño y mano a mano pudo batir a Juan Soriano, que sacó el balón cuando llegaba Joao. Recriminaba el portugués que no se le dejara el balón para un gol que hubiera decantado el partido. Lucha y garra hasta el último minuto de partido. El Cholo realizó en los últimos compases de partido el tercer cambio, retirando a un buen Lemar y dando paso a Felipe, que debutaba en partido oficial. El partido parecía acabado, pero los del Cholo sabían que debían matarlo. El unocerismo es sufrir, y hasta el final iba a tocar hacerlo. En la última ocasión del partido, córner del Lega y Felipe, en su propia meta, hizo un remate perfecto que Oblak atajó. El Atlético volvía a sumar en una victoria por la mínima.
El Atlético de Madrid, como sucedió en la primera jornada, volvió a ganar por la mínima y se coloca líder junto al Sevilla. Seis puntos de seis posibles y a pensar en el Eibar.
