26 abril, 2024

Contracrónica: «Milongas y pataletas»

Trabaja y dura victoria del Atlético en Ipurúa para dejar al segundo clasificado a 7 puntos, con un partido menos, tras vencer al Eibar.

Eibar Atlético

En la previa del partido disputado en Ipurúa entre el Eibar y el Atlético de Madrid, Movistar + ofrecía una estadística demoledora que ejemplifica la principal diferencia entre el Atleti de antes y el de ahora: el número de llegadas y remates era prácticamente igual al de hace un año por estas fechas, con la salvedad de que esta temporada la efectividad de cara a portería es la mejor de LaLiga con diferencia y se personifica en un nombre: Luis Suárez. El uruguayo, después de la jornada 18, ha necesitado solamente 17 remates para convertir la friolera de 11 goles, solamente 1 gol menos de los que consiguió Morata, el máximo goleador del equipo en toda la temporada pasada. Cuentan que en Barcelona ya no quedan pelos que arrancarse… Un dato más, el Atleti empató 17 partidos la liga pasada. El jugado anoche en Ipurúa, como el de Mendizorroza hace unos días, lo habría empatado también hace un año. La diferencia de tener un 9 que dispara con balas de verdad y no con balas de fogueo.




Una vez más, un partido bronco, espeso, duro y directo en el que no quedaba otra que remangarse y en el que las luces se apagaban por momentos, fue resuelto por el instito competitivo del charrúa, que se fabricó él solito los 2 goles que resolverían el partido. El primero, de la nada más absoluta, con la colaboración del inagotable Llorente en la presión, gracias a su capacidad para cuerpear y armar el remate en un suspiro, y el segundo, merced a un penalti que supo provocar con oficio y que fue convertido por él mismo a lo Panenka en el minuto 89. Un penalti que los altavoces de siempre se han apresurado a poner en duda, como excusa perfecta para vomitar toda la frustración provocada por ver que los rojiblancos se escapan a 7 puntos, con un partido menos, cuando parecía que se iban a dejar 2 puntos, justo el día después del alcoyonazo. Lástima…

Lamento comunicarles a todos ellos que el penalti fue tan innecesario y torpe como claro. Tan claro como que el culpable de la acción, Arbilla, tuvo que ser expulsado minutos antes, cuando también Suárez se escapaba hacia el mano a mano con Dmitrovic, así como en la acción del propio penalti, en la que debió ver la segunda amarilla. Porque el despropósito arbitral fue de órgago, y no precisamente por ninguno de los dos penalties, que fue en lo único que acertó Melero. Por el camino, el trencilla permitió una y otra vez la dureza de los locales, castigada por única vez y de manera insuficiente en el minuto 82 en la citada jugada del mano a mano que Arbilla impidió. 82 minutos de patadas y pisotones reiterados, traducidos en cerca de 30 faltas al final de los 93 minutos jugados. De eso nadie dirá nada hoy, pero nos hartaremos a escuchar que el Atleti ha ganado gracias a un penalti inexistente, algo que ni el propio Eibar ha objetado en ningún momento. Ha sido Mendilíbar el primero que ha dicho que Arbilla no tenía que haber metido la pierna en ningún momento porque tenía muy pocas posibilidades de llegar al balón. Eso lo ve cualquiera, menos los de siempre, más ofendidos que el propio Eíbar… Lo único cierto es que Luis Suárez es un animal competitivo de los que ganan partidos cuando el juego no aparece. Esos mismos partidos que en mayo, haciendo cuentas, se convierten en otra cosa. Lo demás son milongas y pataletas.

No se engañen, no querían un rival digno, querían que el Atleti fuera la misma simpática comparsa que fue durante tantos años. Lo siento por ellos.

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