Futre y un ultimátum a Gil y Gil por Aguilera

Paulo Futre, leyenda del Atlético de Madrid, compartió en redes sociales una historia en la que se plantó ante Gil y Gil por Aguilera.

Paulo Futre Gil

Tras la victoria del Atlético de Madrid Femenino en la Supercopa de España, Paulo Futre, leyenda del club, contó una historia tras el gesto de Amanda Sampedro con Virginia Torrecilla. Un gesto en el cual recordó una situación algo parecida con su compañero, Carlos Aguilera. Por aquel entonces, al joven jugador colchonero, que ya había debutado con el primer equipo, había sido detectado un tumor en la tibia. Futre se plantó ante Gil y Gil para que, pese al tumor, cumpliese su palabra. La historia completa contada por el propio Paulo Futre cunado le lanzó un ultimátum a Gil y Gil.




«En mi 2ª temporada Jesús Gil decidió que yo debía ser capitán. Intenté que cambiara de opinión pero no hubo manera. En el equipo había titulares de la Selección y la mitad de la plantilla se había formado aquí. Aparte de que en aquellos tiempos solo podían jugar 2 o 3 extranjeros por equipo. Me llevaba genial con todos pero era imposible que aceptasen que un portugués de 22 años fuese su capitán.

Poco tiempo después todo cambió. Aguilera tenía solo 20 años, era un niño de la cantera. Ya había debutado con los “mayores” pero no tenía contrato profesional cuando llegó la terrible noticia de que tenía cáncer de tibia. El Presi tuvo el detalle de declarar públicamente que pasara lo que pasara le firmaría un contrato profesional por varios años. Días después recibimos la bella noticia de que era benigno y podría jugar de nuevo. Él volvió a entrenar pero el contrato prometido no aparecía, Gil le fue dando largas y yo me tomé el asunto personalmente.

En paralelo llegué a un acuerdo para mi renovación. El día de la firma estaba convocada una rueda de prensa. Y justo antes de firmar mi contrato en su despacho me planté: “Presi llame ahora al ‘Niño’ para firmar lo que le prometió, o no hay renovación y salgo ante la prensa a explicarles el motivo”. Él sabía que no era un farol. Tras su típica ronda de insultos, media hora después Carlos Aguilera estaba firmando su primer contrato profesional. Al día siguiente cuando entré al vestuario sentí por primera vez en la mirada de mis compañeros que me aceptaban como su capitán: ‘El Portugués es uno de los nuestros, mata por nosotros'».

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