25 abril, 2024

Contracrónica: «Paso atrás»

CONTRACRÓNICA. El Atlético con más o menos acierto, compitió ante el Villarreal. Y ya saben: el que no crea, que no venga.

Atlético Villarreal

Qué felices éramos hace tan solo una semana y cuántas dudas surgen en el horizonte ahora. Dos partidos después de ese 6-1 con el que el Atleti inició esta Liga, hemos vuelto a viejas andadas que tiñen el futuro de gris y han apagado de golpe la euforia del principio.

Ante el Villarreal, hemos asistido s un ejercicio de constante impotencia ofensiva, nula capacidad de desborde en el uno contra uno, inexistente aportación de los laterales en ataque, parsimoniosa circulación de balón y, en general, falta total de ideas a la hora de desentramar el planteamiento defensivo del Villarreal. Un planteamiento que todos los rivales repiten con evidente éxito ante la ausencia de plan B.

Porque ante el Huesca, a pesar de todo, se dispuso de 4 ocasiones claras para marcar. Esta vez, ni eso… Tampoco ayudaron los cambios, incomprensibles en los casos de Koke y Joao, que contribuyeron a aumentar aún más la espesura del equipo. Caso aparte, es Diego Costa, que siempre llega medio segundo tarde desde hace ya demasiado tiempo. Y Suárez aún no encuentra su sitio ante la escasa producción ofensiva.

Hablaba antes de los laterales, tan importantes en la producción ofensiva de este equipo. Uno echa la vista atrás y se acuerda de Filipe y Juanfran, de lo importantes que eran, no solo a la hora de llegar a lína de fondo, sino en la salida de balón, sin hablar de la capacidad que también tenían a la hora de defender. Ahora a Lodi se le adivina futuro, pero en este momento está muy lejos de lo uno y de lo otro. Por otra parte, a Trippier ni se le adivina futuro ni que en algún momento tenga la importancia que tuvo Juanfran. Ante equipos que se cierran tanto por dentro, si los laterales no ofrecen soluciones todo se va a complicar mucho más.

Urge una vuelta de tuerca, aunque esta situación ya la hemos vivido otras temporadas y no todo es negativo. La intención en recuperar la presión alta, la intensidad defensiva y el candado en la portería propia siguen intactas. Por ello, en esta disyuntiva se nos plantean dos alternativas: dejarnos llevar por el histerismo cortoplacista y todo el ruido que se va a producir alrededor en los próximos días incitando al fatalismo y a la autodestrucción o seguir confiando en este equipo que tantas veces durante casi la última década ha sabido superar situaciones similares y ha seguido compitiendo. Con más o menos acierto, pero compitiendo. Ya saben: el que no crea, que no venga.

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