Contracrónica: «¡Koke y diez más!»

El empate ante el Huesca no nos debe nublar. El Atleti, más allá de sus problemas de cara al gol, transmite cosas que no transmitía.

Tres días después de la borrachera de goles al Granada, la resaca en Huesca fue eso mismo, una resaca con todos sus síntomas, especialmente en el primer tiempo, en el que el Atleti fue todo espesura en las ideas y en la circulación de balón ante un cerrado y ordenado equipo local. La entrada de Llorente en punta junto a Luis Suárez, desplazó a Joao Félix a la posición de interior por la izquierda para venirse hacia dentro y poder participar en la producción ofensiva. Ni lo uno ni lo otro durante todos esos minutos. El Atleti se perdía en la telaraña del Huesca y no se conseguía conectar con el portugués, por lo que arriba apenas llegaron balones. Mención aparte merece un desaparecido Vitolo, titular ayer y, por lo que se le vio mientras estuvo en el campo, en un alarmante estado de forma. Sin duda, el peor jugador de todos los que pisaron el césped de El Alcoraz. Ni se ofreció ni buscó desbordar ni presionó ni ayudó. Nada de nada.

Simeone le quitó tras el descanso, para dar entrada a Correa y devolver a Joao Félix a la posición de segundo punta por detrás de Suárea, tal y como ocurrió en el debut liguero. El portugués recuperó sensaciones y acaparó todas las jugadas de ataque. Un zambombazo de Llorente al larguero y un mano a mano en el que Suárez eligió la peor opción al querer recortar hacia fuera en vez de hacia dentro pudieron desnivelar la balanza, pero no. La cosa mejoró un poco más con la entrada de Carrasco. Su asociación con Joao trajo los mejores minutos de un Atleti nuevamente peleado con el gol. Los cuatro o cinco remates claros dentro del área de que dispuso, se estrellaban en Andrés Fernández, en alguna pierna rival o se iban fuera por centímetros. Si hace tres días, se caían los goles de los bolsillos, esta vez no aparecían ni dándoles la vuelta. Otra vez el mismo problema ante equipos que se cierran y no dejan espacios.

Ciertamente, al Atleti le costó y no hizo un buen partido, pero todo hubiera quedado en el olvido si hubiera aprovechado alguna de esas cinco ocasiones claras dentro del área más el tiro de lejos de Llorente nada más comenzar el segundo tiempo. Ese es el eterno problema de este equipo: la dificultad a la hora de ver portería, especialmente en este tipo de partidos en el que no da para lucirte, pero en los que tienes que ser eficaz y efectivo por encima de todo.

Y otra cosa, se volvió a ver lo que pasa cuando Koke no está en el campo… creo que eso está fuera de toda duda si nos atenemos a lo visto ayer y a los precedentes de otras ocasiones.

En cualquier caso, el traspié del empate no nos debe nublar los sentidos. El equipo, más allá de sus problemas de cara a la portería rival, en estos dos partidos transmite cosas que no transmitía en su juego la temporada pasada, principalmente gracias a que este Joao Félix es un jugador más maduro que hace un año. Esto no ha hecho nada más que empezar. Eso sí, siempre Koke y diez más, por favor.

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