Contracrónica: «Vuelta a las andadas»

Después de la gran imagen ofrecida en la Supercopa y del excelente rendimiento del bloque ante Barça y Madrid en 3 días, el Atleti volvió a exhibir las mismas dudas, los mismos problemas y la misma pésimas prestaciones que ya hemos visto unas cuantas veces esta temporada.

Llegó 30 minutos tarde al partido en Ipurúa. Cuando compareció ya había visto como Oblak tuvo que emplearse a fondo nada más empezar y como en las 2 siguientes jugadas a balón parado le habían rematado a placer dentro del área. En la última de esas jugadas, un córner supuso el 1-0 ante la pasividad de todo el equipo, que vio cómo los locales llegaban sin oposición, tanto a peinar en el primer palo como a rematar a placer en el segundo. A partir de ahí, un monólogo constante del Eibar que llegaba siempre antes a todos los balones divididos y a todos los rechaces, mientras que los rojiblancos solo perseguían sombras.

Pasada la media hora, se consiguió equilibrar el desaguisado y en la segunda parte se pisó el acelerador, pero la cosa se quedó en un constante quiero y no puedo. Ahora tocando por dentro, ahora abriendo por las bandas, lo que faltó es lo de siempre: el último pase, el último control, el remate. Todo se quedó en un ejercicio de buenas intenciones que no basta para competir en la élite de la élite. Hay que ofrecer algo más. Para empezar, entrar enchufado a un campo en el que todos sabemos que te van a apretar desde el principio y no tardar media hora en enterarte dónde estás. Y para terminar tener más personalidad ante un equipo que había sacado solamente 4 puntos de los últimos 21.

Tema aparte es el de la amplitud de la plantilla y las lesiones. Uno miraba el banquillo y se le caía el alma a los pies. En lo que se refiere a jugadores de campo, únicamente Lodi, Hermoso y Llorente del primer equipo, el resto jugadores del filial. Y un año más a estas alturas con un puñado de bajas por lesión considerable: Koke, Costa, Giménez, Lemar y Trippier. Algo sobre lo que no se incide lo suficiente y que vuelve a lastrar seriamente al equipo por tercera temporada consecutiva sin que nadie aparezca como responsable. Algo se está haciendo mal en este sentido, por no hablar de la lamentable planificación de la plantilla, queriendo traer ahora a Cavani, con 33 años, machacado por las lesiones y claramente de vuelta de todo como futbolista. O empeñados en subsistir sin una alternativa al lateral izquierdo porque sí. Así se hace muy difícil competir contra los mejores. Fiarlo todo a la buena voluntad no suele ser suficiente. Hace falta algo más que va a ser muy complicado solucionar en esta temporada.

Deja una respuesta