19 abril, 2024

Contracrónica: «Entre la fe y el miedo»

Nuevo insuficiente empate a domicilio del Atleti, que sigue sin conocer la victoria desde hace ya 4 partidos y continúa negado de cara al gol.

contracronica-villareal-atleti

Últimamente uno asiste a cada partido del Atleti esperando que por fin se rompa esa especie de gafe que el equipo padece de cara al gol. Anoche en Villarreal, no fue al excepción. La fe y la ilusión con la que nos sentamos al televisor se tornó en desesperación cuando el partido finalizó allá por el minuto 94.

Sin el ímpetu que el equipo demostró ante el Barça en la primera parte y con todas las dudas internas que produce el hecho de que los últimos resultados no estén acompañando, Joao Félix tuvo en sus botas la posibilidad de adelantar a su equipo. Un gran disparo desde fuera del área que se estrelló en la base del poste y una mala definición en un mano a mano ante Asenjo significó que el Atleti siguiera inmerso en esa profunda depresión de cara al gol. Es cierto que en los últimos años, a partir de la temporada posterior a la Liga que se consiguió en 2014, se han venido padeciendo constantes problemas de cara a la portería rival, pero lo de este año está siendo más grave que nunca. Antes, había momentos en los que se hacía mucho menos, pero siempre se aprovechaba alguna y se manejaba el tempo de los partidos con mucho más tino a partir de la ventaja en el marcador. Ahora, por más que se llega, no entra ninguna y ello se traduce en ansiedad galopante y exceso en la toma de riesgos, lo que provoca un sinfín de imprecisiones y desajustes que terminan por convertir los partidos en una ruleta rusa en la que lo mismo puedes ganar que terminar perdiendo. En Villarreal ocurrió lo mismo. Los colchoneros tuvieron oportunidades de sobra para haberse llevado los tres puntos, especialmente a pies de Joao Félix y también de Lodi, que en la segunda parte tuvo un remate clarísimo al borde del área pequeña en el que se llenó de balón. Todo ello provocó que el equipo se volcara más y dejara unos espacios a la espalda de la defensa que el Villarreal también estuvo a punto de aprovechar. El salida del campo de Thomas también contribuyó a ello. El físico de Herrera no aguantaba y Saúl y Koke, por más que querían, no tiraban del equipo, eran una imprecisión constante.

En los últimos 10 minutos se consiguieron corregir esos desajustes y el Atleti volvió a encerrar a su rival, pero la ansiedad cerca de la portería subió a 270 los minutos que llevan los rojiblancos sin hacer un gol, y así es imposible aspirar a nada. Solamente nos queda el intento, que es muy loable, porque el equipo no se resigna a su suerte, pero con el intento en fútbol no basta. Urge reducir esa ansiedad en la que estamos instalados y hay que hacerlo el miércoles sin más espera en un partido en el que te juegas la vida. Ganar al Lokomotiv aliviará muchos males y significará un punto de inflexión. Lo otro mejor ni pensarlo…

Deja una respuesta