Contracrónica: «Año nuevo, vida nueva»

Contracrónica Atleti Getafe

Nunca he entendido por qué los años empiezan en enero, en lugar de hacerlo en septiembre. Si el comienzo de verano trae consigo el cese de las rutinas habituales, las vacaciones y el final de las temporadas futbolísticas, el noveno mes del calendario convencional supone el reinicio de todo lo que fue adormeciéndose durante el período estival. De aquí a unos días, nos iremos incorporando a nuestras ocupaciones, volveremos a afrontar las rutinas que aparcamos en junio, afrontaremos otras nuevas y la ciudad volverá a ser un hervidero de gente nerviosa y con prisas.

Lo mismo es aplicable al fútbol. Con la salvedad de que, de unos años a esta parte, la Liga comienza a desperezarse un par de semanas antes que nuestras rutinas. Atrás quedan los meses de agosto de trofeos Colombinos, Teresa Herrera o Carranza, por no hablar del olvidado Villa de Madrid, en el que el Atleti hacía su puesta de largo en el Calderón. El fútbol moderno claramente ha supuesto el final de todo aquello…

Pero vamos a lo que vamos. A falta de Villa de Madrid, anoche arrancó la Liga 2019-2020 en el Metropolitano ante un rival difícil, duro y correoso como es el Getafe. Y lo hacía tras un verano que ha despedido muchas caras conocidas y ha traído otras tantas nuevas. Un verano en el que los Godín, Juanfran, Filipe o Griezmann (por no hablar de Lucas o Rodrigo) decían adiós de distintas maneras a las rayas rojas y blancas. Mientras unos se iban con el cariño de todos nosotros en la mochila, otros decidían marcharse por la puerta de la indiferencia, buscando presuntas glorias en otros lares e ignorando el frío que suele hacer allá por donde Simeone no tiene su radio de acción.

En su lugar, el vestuario se llena de jóvenes caras nuevas. Trippier, Lodi, Marcos Llorente, Mario Hermoso y, sobre todos ellos, un adolescente que se ha convertido en uno de los fichajes más caros de la historia, pero que, por lo que ha dejado ver hasta ahora, puede resultar de los más baratos. En apenas unas semanas, João Félix ha hecho que nos lleváramos las manos a la cabeza varias veces. Anoche, sin embargo, le costó. Hasta que poco antes de que se llevara una hora de partido y después de aguantar varias patadas del rival, cogió un balón suelto en el medio campo, tiró un caño, aguantó agarrones y patadas, se fue hacia un lado y hacia otro con el balón cosido al pie superando rivales, y cuando lo más aconsejable era esperar la llegada de compañeros, le enseño el balón a Bruno y tiró un cambio de ritmo que provocó el penalti de éste. Lamentablemente, Morata no pudo convertirlo y poner el 2-0 en el marcador. Ello hubiera convertido la segunda parte en algo totalmente distinto a lo que fue. Fue el propio Morata el que abrió la lata en la primera parte gracias a un grandísimo remate de cabeza tras un maravilloso centro de Trippier, que fue una pesadilla para el Getafe durante la primera parte. Como lo fue Lodi antes de que Cuadra Fernández decidiera mandarle al vestuario después de cometer dos faltitas prácticamente consecutivas. Damián, sin embargo, se fue inmaculado, a pesar de todos los intentos que llevó a cabo para que no fuera así. La expulsión de Renan Lodi tuvo lugar unos minutos después de que Jorge Molina cortara una contra liderada por Thomas mediante una patada alevosa que el VAR decidió que era tarjeta roja, teniendo en cuenta la nueva normativa FIFA. Si uno fuera malpensado, diría que la del brasileño tenía cierto tufillo a compensación.

El Atleti acusó el golpe y dio un paso atrás. Se convirtió en un equipo plano y tuvo muchos problemas para sacar el balón jugado con constantes pérdidas peligrosas que la temporada pasada significaron muchos goles en contra. En cualquier caso, el bloque defensivo mostró una solidez desconocida hace unos meses. Aun así hubo susto en forma de zapatazo a la cruceta que Oblak fue capaz de rozar con las costuras del guante a mano cambiada.

El partido dejó poco más que la confirmación de las buenas sensaciones de Vitolo en pretemporada, sacando al equipo de la cueva y estando a punto de culminar un contragolpe en los últimos minutos. Por fin, después de 4 temporadas, terminamos la primera jornada con 3 puntos y una sonrisa en la cara merced a un 1-0. La vida no puede ser mejor.

¡Feliz Año Nuevo!

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