16 abril, 2024

Contracrónica: «Creer…»

CONTRACRÓNICA. Victoria sufrida en un, por momentos, mudo Metropolitano ante el siempre complicado Girona, que permite seguir agarrados a la Liga antes de visitar el Camp Nou.

Contracrónica Atleti Girona

Volvía al Metropolitano ese conocido dolor de cabeza al que antiguamente se le conocía por el nombre de Levante o Villarreal y ahora ha mutado en Girona. Se juntaba su visita con el hecho de tener que jugar un martes a las 19:30 horas y con la protesta de un fondo sur, reclamando a la directiva y a sus jugadores que el patrimonio más importante de la entidad es su afición, a la cual en ocasiones no le da al lugar que se merece y le trata como a un simple cliente. El trato dado por las autoridades en Turín a los desplazados y los gestos dedicados por ese al que ni siquiera voy a nombrar ante la indefensión por parte del club y de los propios jugadores, que no fueron capaces de recriminarle nada al citado individuo ni de agradecer el apoyo en tales circunstancias, provocó que el Metropolitano estuviera silenciado durante los primeros 45 minutos, durante los cuales el partido no ofreció gran cosa más allá del consabido paradón de Oblak nada más comenzar a rodar el balón, un terrible pepinazo de Koke que hizo temblar la portería y un remate sutil de Morata que se fue alto por una cuarta. El Girona, mientras, a seguir con su plan: continuar provocando jaquecas a los de royo y blanco y acumulando hombres en la zona central. El experimento de jugar con Saúl y Arias muy abiertos en banda no terminó de aclarar el panorama, a pesar de que el primero fue el que estuvo más incisivo y lúcido a la hora de atravesar las líneas enemigas. El canterano terminó jugando en tres posiciones distintas y en todas dio la cara, siendo de los más inspirados.

La segunda parte, ya con el ruido habitual de fondo, no mejoró mucho las cosas. El Atleti intentaba percutir a arreones, pero no encontraba el camino hacia la portería. El juego era muy plano y faltaba la velocidad arriba que Vitolo ofreció desde el banquillo. El canario tampoco se escondió y lideró ataque del equipo ya sin Morata sobre el campo (no podía faltar la lesión del día) y con un Griezmann gris. Precisamente el primer gol vino de un disparo rebotado del propio Vitolo que tardó en subir al marcador, merced a esa obsesión compulsiva arbitral por observar muchos de nuestros goles con lupa a través del VAR. Al final, gol decisivo de un oportunista Godín (uno más) y a apretar los dientes después de lo ocurrido en la Copa en la memoria. Esta vez no hubo sorpresa desagradable e incluso una contra llevada por Vitolo fue culminada de manera magistral por Griezmann, rompiendo una racha de 7 partidos sin marcar.

Queda ahora la titánica misión de ganar en Barcelona el sábado para seguir exprimiendo todas las posibilidades en esta Liga. El empate in extremis de los catalanes en Villarreal unas horas después ayuda a seguir creyendo. Ya se sabe, creer, siempre…

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