Contracrónica: «Funambulismo»

Victoria agónica ante el Espanyol para cerrar 2018 en los puestos más altos de la clasificación.

Define la Wikipedia funambulismo como el arte de caminar a lo largo de un delgado cable, cuerda o similar mínima superficie de apoyo. Esta definición sería perfectamente aplicable al partido de anoche ante el Espanyol y, en mayor o menor medida, a la historia reciente del Atlético de Madrid en los últimos 7 años. Lo hizo en la final de Copa de 2013, ganando al Real Madrid después de 14 años sin hacerlo y sobreviviendo a un continuo asedio de los blancos que se tradujo en tres balones al palo y sendos paradones de aquel que ahora reniega de lo que fue. Lo volvió a hacer el año siguiente en el Camp Nou ganándole la Liga al Barcelona con Diego Costa y Arda Turán lesionados a los 20 minutos y remontando un gol en contra. Lo estuvo a punto de hacer en Lisboa, sin Diego Costa desde el minuto 9 y con medio equipo acalambrado y exhausto después de una temporada intensísima en la que se jugaron todos los partidos que se podían jugar, excepto la final de la Copa del Rey. Siguió haciéndolo la temporada siguiente, sobreviviendo al golpe de la final de Champions y a las salidas de Costa, Filipe y Courtois, ganándole además la Supercopa de España al Real Madrid. Volvió a sobrevivir al tremendo golpe de Milán, tras el que incluso Simeone estuvo a punto de claudicar. Afortunadamente no fue así y el equipo siguió haciendo lo que mejor sabe hacer: sobrevivir. Como la temporada pasada, sin poder incorporar jugadores hasta enero, eliminado de Champions en la fase de grupos y terminando segundos en Liga y campeones de la Europa League.

Foto: Atlético de Madrid

Esta temporada no iba a ser diferente. A día de hoy el equipo ha sufrido cerca de una treintena de lesiones en estos 4 meses de competición, algunas de ellas absolutamente claves, como la de Diego Costa, que por sus características y por lo que supone para el concepto de juego es casi imposible de reemplazar. Aún así y con todos los problemas del mundo, el Atleti acaba 2018 a solamente 3 puntos del Barça, clasificado holgadamente para los octavos de la Champions y absolutamente vivo en todas las competiciones. Y sigue vivo a pesar de partidos agónicos como el de hace una semana en Valladolid o el de anoche, en los que se sufre más de la cuenta de medio campo para atrás y cuesta un mundo crear peligro de medio campo hacia adelante, sostenido principalmente por Oblak (inmenso una vez más) y por el acierto de Griezmann, el cual después de la pantomima del Balón de Oro va volviendo a ser el que era. 3 de los 4 disparos entre los tres palos los hizo él, incluyendo el penalti que dio el triunfo.

Mención aparte merece el homenaje a Gabi, capitán y referente como mejor no podría haber reflejado el tifo del fondo sur antes de empezar el partido. Arropado por algunos de los capitanes más emblemáticos de la historia del club, por sus excompañeros y por una representación de la Academia, Gabriel Fernández pudo tener el tributo que merecía como capitán y guía del mejor grupo en la historia rojiblanca. Grupo que, tras su ausencia y la de Fernando Torres al mismo tiempo, parece estar algo perdido si uno se atiene a lo que está pasando con gente como Filipe y Lucas. Ahí es donde parece estar el problema: en cierta falta de liderazgo dentro del vestuario, más que en lo que le estén pagando a Griezmann, como nos quieren hacer ver desde fuera. La ausencia de dos pesos tan pesados, más allá del nivel futbolístico que aportaran, está suponiendo un problema en el equilibrio grupal. Como el propio Torres dijo, Gabi sabía cuando había que reconducir al que se salía de la senda correcta. Esperemos que las aguas vayan volviendo a su cauce en lo que a ello se refiere.

Comienza ahora un parón navideño que viene mejor que nunca para recuperar lesionados y sensaciones. Porque si estando tan justitos y tan cogidos con alfileres el equipo se mantiene en la situación que está, no quiero ni pensar cuando empiecen a salir las cosas. Ahí estará  2019 para verlo. Feliz Navidad a todos y todo lo mejor para el nuevo año. Un año lleno de emociones nos espera. Por supuesto, caminando sobre el alambre.

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