Bajo el madroño: «Bendita vergüenza»
OPINIÓN. «Vergonzoso», «poco divertido» o «aburrido» hasta el extremo son los calificativos más utilizados por los gurús del balompié español. Nada nuevo bajo el sol, a decir verdad.
OPINIÓN. Atizar al Atlético de Madrid por su forma de jugar se ha convertido en deporte nacional. Pocos son los jugadores, entrenadores o periodistas que no se han animado todavía a despreciar el fútbol de los rojiblancos. «Vergonzoso», «poco divertido» o «aburrido» hasta el extremo son los calificativos más utilizados por los gurús del balompié español. Nada nuevo bajo el sol, a decir verdad. Para un equipo que llegó a ser tildado de violento o antideportivo, cualquier nueva crítica carece de originalidad.
El partido del sábado frente al Barcelona ha hecho que los esteticistas del deporte rey sacaran de nuevo el hacha de guerra. Después de que el Barça empatara en el 90’ en su primera y única ocasión clara del encuentro, Busquets y Jordi Alba salieron a mostrar su disconformidad con el juego del Atlético. Decía el mediocentro azulgrana que el fútbol del Atleti no le divertía. Y con razón. Al bueno de Sergio lo que le gustaba era marcar seis goles en cada visita rojiblanca al Camp Nou. O que Messi saliera ovacionado del Calderón mientras la defensa colchonera le ponía la alfombra roja cada vez que encaraba. Porque eso de competir, de ganar Ligas en vuestra casa y de eliminaros dos veces de la Champions está muy feo, ‘Busi’.
Decía Busquets que el fútbol del Atleti no le divertía. Y con razón. Al bueno de Sergio lo que le gustaba era marcar seis goles en cada visita rojiblanca al Camp Nou. Porque eso de competir, de ganar Ligas en vuestra casa y de eliminaros dos veces de la Champions está muy feo, ‘Busi’.
Pero no solo en la Ciudad Condal se atrevieron a echar pestes contra el estilo de Diego Pablo Simeone. Al día siguiente, los estandartes del madridismo patrio decidieron unir sus fuerzas con el enemigo azulgrana en su cruzada contra el ‘cholismo’. Debe ser que en Concha Espina se encuentran empachados del fútbol coral de Lopetegui y Solari. Por ello, cierto periodista atacó con vehemencia el «fútbol de vergüenza» de los rojiblancos. En un alarde de creatividad, lo denominó “la cueva”. El término no es ni mucho menos baladí, pues el que lo otorga sabe de lo que habla. Demasiadas noches le ha tocado pasar allí por culpa de Diego Pablo. La última, el 15 de agosto. Cómo te atreves a ganarlos, ‘Cholo’. Imperdonable.
Pocas veces se ha visto una corriente de opinión tan unánime a la hora de decirle a un entrenador cómo tiene que jugar. Resulta especialmente curioso que esta campaña vaya dirigida hacia el técnico más laureado de la historia del Club Atlético de Madrid. Pero más llamativo es todavía que se le ponga, como ejemplo a seguir, al entrenador de un equipo que va 14º en la clasificación. Porque eso es ambición, ‘Cholo’, y no competir por ganarlo todo.
Pocas veces se ha visto a tanta gente decirle a un entrenador cómo tiene que jugar. Es curioso que se lo digan al técnico más laureado de la historia del Atleti, pero más aún que su ejemplo sea el entrenador del 14º en la Liga. Porque eso es ambición, ‘Cholo’, y no competir por ganarlo todo.
Y es que, mientras un terremoto de críticas se sucede, Simeone sigue ganando. A día de hoy, su Atlético de Madrid es 3º en la Liga a dos puntos del Sevilla y a uno del Barcelona. En la Champions, un triunfo contra el Mónaco en casa garantizaría la clasificación matemática a octavos. En la Copa, la eliminatoria con el Sant Andreu parece encarrilada. Y, por si esto fuera poco, los colchoneros ya cuentan con un título en el zurrón después de endosarle cuatro goles al Real Madrid en la Supercopa de Europa. Todo esto, sin haber desplegado su mejor juego y con sus delanteros en plena sequía. Nada mal para un equipo sin ambición, ¿no creen?
Afortunadamente, el mensaje del ‘cholismo’ permanece intacto y continúa calando entre sus fieles de la misma manera. Pocos son los disidentes que muestran su disconformidad en los micrófonos de los medios más imparciales de este país. La realidad es que Diego Pablo Simeone cuenta con el apoyo prácticamente unánime del Metropolitano. Siete años y medio después, su Atleti sigue ganando, las estrellas se quedan, el club crece temporada tras temporada y el número de socios se incrementa cada vez más. Los números, como el algodón, no engañan. Pero, desde fuera, no se lo pasan bien. Como si el ‘Cholo’ se debiera a ellos. Les molesta su juego, les molesta sus palabras, les molesta sus alineaciones, les molesta el ‘unocerismo’, les molesta su sueldo, les molesta la tabla de presupuestos. Quizás lo que realmente les moleste sea ver arriba al Atlético de Madrid.
Los números, como el algodón, no engañan. Pero, desde fuera, no se lo pasan bien. Como si el ‘Cholo’ se debiera a ellos. Les molesta su juego, les molesta el ‘unocerismo’, les molesta la tabla de presupuestos… Quizás lo que realmente les moleste sea ver arriba al Atlético de Madrid.
Pero hay Simeone para rato. Tanto Gil Marín como el argentino ya han iniciado las conversaciones para prolongar su vínculo más allá de 2020. De concretarse la renovación, el ‘Cholo’ sumaría una década en el cuadro colchonero. Demasiado para unos detractores que, entre título y título, tendrán que seguir soportando el soporífero fútbol del argentino. Porque una cosa va ligada a la otra. Y es que al fútbol se juega para ganar, no para agradar a los garantes de la belleza futbolística. Ya lo avisó el ‘Mono’ Burgos en 2014: “Muchos quieren que cambiemos… pero no vamos a cambiar”. Que así sea, Germán. Bendita vergüenza.
