Atlético Marsella

Nueva final para el Atlético de Madrid en Europa. Sin el Cholo en el banquillo y con un once con novedades, el corazón pesaba más que unas posibles piernas cansadas. El corazón rojiblanco iba a poder, pese a todo, con una mayoría francesa en las gradas. En la previa, y como antaño, un tifo rojiblanco rezaba «Atleti Forever«, en honor a todos los atléticos desplazados. Por su parte, los ultras franceses hacían de las suyas e iluminaban las gradas con bengalas, un colorido que acababa en el estadio.

Comenzó el encuentro en Lyon con una presión alta del cuadro colchonero, que le hacía contar con la primera posesión del encuentro. El primer acercamiento rojiblanco fue de Diego Costa, que no pudo hacer nada ante Mandanda y un fondo repleto de bengalas. Los marselleses, que no habían hecho de las suyas fuera, habían conseguido hacerlo dentro. Respondía el conjunto galo tras varios errores en el centro del campo, lo que derivó en la ocasión más clara del encuentro. Germain recibía de Payet un precioso balón filtrado y el ariete local fallaba el mano a mano. Peligrosísima ocasión del Marsella. El equipo de Rudi García dominaba el balón y metía al Atlético atrás, que se colocaba en un claro 4-4-2.

Gol y tranquilidad

Los primeros ataques galos metieron el susto en el cuerpo a un Atleti comandado por Gabi, que ejercía de capitán. Buscaba la réplica al cuarto de hora el Atlético con una falta lateral que no encontró rematador. Espeso el cuadro de Simeone, comenzaba a sentirse cómodo en su faceta: defender y contragolpear. El estadio vibraba sin cesar en un auténtico partidazo. Gabi era dueño y señor, además de comandante, de un equipo extraño que no era mejor. Pese a ello, los colchoneros desplazados no cedían y apretaban, en busca de apoyar al equipo. En lo futbolístico, Vrsaljko no estaba fino, y el propio Gabi recolocaba al equipo con un Correa eléctrico y que era de lo más destacado arriba. El ADN colchonero implica sufrir, y así lo demostró el Atleti. En una salida de balón del Marsella, el Atleti robó y Griezmann, sólo ante Mandanda no falló para hacer el primero. La euforia se apoderó de los colchoneros. Se adelantaba el Atleti en lo que mejor sabe hacer, matar haciéndose el muerto.

Tras la celebración y pasado el ecuador del encuentro, Vrsaljko vio la primera amarilla del partido. Se hacía muy grande el Atleti tras el gol, que derrumbaba al Marsella. Los aficionados disfrutaban de los jugadores de Diego Pablo Simeone y les apoyaban sin cesar pese a ser minoría en las gradas. Con la calma en las aguas del Rodano, el mejor jugador de los locales se tiraba al suelo y tenía que ser retirado. Payet, que había sido duda hasta el último momento, no podía continuar y daba así paso a Maxime Lopez. Los ultras locales seguían a lo suyo y volvieron a encender bengalas bajo el lema ‘UEFA MAFIA’. El Marsella, que había cedido el esférico a los colchoneros, fue fuerte abajo y Amavi, que pudo ver la amarilla en la primera acción peligrosa, la vio en la segunda. Primero entró fuerte sobre Correa y recibió la advertencia del colegiado. Acto seguido, una dura plancha sobre Vrsaljko le costó la cartulina amarilla. El error atrás del Marsella en el gol les hacía dudar a la hora de sacar el balón y eso provocaba nuevos errores. El pasar de los minutos hacía seguir dudando al cuadro de Rudi García, y con ello los del Cholo cogían confianza sobre el terreno de juego. El tiempo de descanso llegaba a la ciudad de Lyon.

Sentencia y campeón

Arrancó el segundo tiempo con el Atleti en modo apisonadora y cumplió su objetivo. Correa avisó y no pudo hacer gol por un error propio, pero Griezmann no iba a caer en la misma trampa. Una gran combinación en la frontal del área acabó con un balón perfecto de Koke para Griezmann, que no falló. Mano a mano del francés con Mandanda y balón por encima del meta francés, que nada pudo hacer. Furor, alegría y grito al cielo de los miles de colchoneros que callaban a los franceses. Los partidos no los ganan los que mejor juegan, sino los que están más seguros de lo que hacen, y así estaba siendo. Seguía teniendo sus oportunidades el Atlético, que mediante Godín y Griezmann podían sumar el tercero al marcador. Respondía tímidamente el Marsella, que no superaba el mazazo colchonero del gol. El Atleti disfrutaba de su baile con Gabi como director de la orquesta colchonera, con uno de sus mejores encuentros.

Pasaban los minutos y el Marsella no podía con un Atlético que se acercaba cada vez más al título de campeón. Todo salía bien y el equipo se ponía en búsqueda de la sentencia. En lo que al fútbol se refiere, Saúl tuvo un remate preciso que despejó la defensa. Ocasión similar la tuvo Costa, que acabó con una gran estirada de Mandanda. Sin mucho fútbol pero con un gran corazón, los rojiblancos vibraban. Jugadores, aficionados y los seguidores colchoneros en casa. Porque esto es el Atlético de Madrid, puro pundonor. En la banda calentaban Savic, Thomas y un Fernando Torres que se encontraba a tan solo diez minutos de alzar su primer título como rojiblanco.

Diez minutos de saber sufrir y es que Mitroglou pudo recortar distancias. Remató de forma increíble un centro lateral que repelió el poste de Oblak. Tras esto, el Cholo decidió dar paso a Thomas en lugar de Correa. Menos de cinco minutos para el final y la euforia no se podía contener entre los colchoneros. Bengalas en el fondo del Marsella y banderas con el escudo del Atlético de Madrid, el de siempre, en el fondo rojiblanco. La sentencia llegó de quien sino, de Don Gabriel Fernández Arenas con un disparo cruzado que puso el tercero y sentenció el encuentro. La euforia llegaba a todos los lados y Torres corría a quitarse la camiseta, entraba al terreno de juego una leyenda. Iba a levantar su primer título con su camiseta. Con la camiseta de su vida. Y sí, Fernando Torres y el Atlético de Madrid eran campeones de la Europa League.

Un partido donde se supo sufrir y donde se acabó consiguiendo un trofeo más que merecido. El Atlético de Madrid era campeón. Pese a todo, este equipo se levanta. Este equipo sabe reponerse a todos los mazazos. Esto es el Atlético de Madrid.

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