Contracrónica: «Los niños y el Niño»

Día del niño y ambiente de grandes citas en el Metropolitano, que vivió su primer tifo y ofreció en las gradas el color y el calor que acostumbraba a ofrecer el Calderón, acercando un poco más el Manzanares a San Blas. Poco a poco. Por su parte, el equipo, contagiado de la festividad del día y empujado por 68.000 almas que decidieron convertir el estadio en una gran caja de resonancia, se aplicó desde el pitido inicial a hacer olvidar el mal partido del jueves en Lisboa y a liquidar al Levante por la vía rápida ante el cargado calendario que se avecina en las próximas semanas, en las que el Atleti se va a jugar la segunda plaza y el pase a la final de la Europa League.

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Suele decir Simeone que según  el modo en que entren al campo sus 4 ó 5 jugadores insignia, ya sabe cómo se va a desarrollar el partido y su resultado. Por supuesto, en ese grupo de jugadores se encuentra Koke, que ante la ausencia de Thomas, se juntó con Saúl en el mediocentro y pronto se vio que era su día. Cuando el vallecano está bien, el equipo es otro. Las líneas asociativas se multiplican y las llegadas al área también. A ello hay que sumar que, al fin, Vitolo fue el Vitolo que Simeone fue a buscar y que Correa entendió que la vida no consiste en gambetearse a sí mismo, que hay compañeros más allá de la superficie de una baldosa y que la portería tiene más de 7 metros de largo, por más de 2 metros de alto. Así llegó el primer gol. Una combinación entre Vitolo y Correa, tras una de las innumerables diagonales que trazó el canario desde ambas bandas, Angelito recortó hacia dentro y armó un potente disparo cruzado como un relámpago en medio de la tormenta. No terminaría el primer tiempo sin que Gil Manzano dejara su tarjeta de visita en un más que posible penalti cometido por Oier sobre Griezmann, amonestando al francés por, según el acta arbitral, hacer observaciones a la decisión arbitral. El caso es que todos los que estábamos en el campo, vimos que el árbitro tenía ya la tarjeta en la mano antes de que Antoine se levantara del suelo para replicar nada. Además de mal árbitro, mentiroso.

Volvió Griezmann con el resquemor de esa jugada en el cuerpo del descanso, porque nada más comenzar el segundo tiempo reventó la escuadra con un tremendo derechazo después de un buen centro de Vrsaljko. 10 minutos después, el Cholo decidió que bromas las justas y sacó al francés del campo ante lo que está por venir. Entró en su lugar Torres en medio del clamor popular. Fernando, en su día, el del niño, justo después de anunciar que no seguirá la próxima temporada, jugó con el descaro de un juvenil. El mismo que demostró en Albacete cuando consiguió su primer gol junto al Correa uruguayo hace nada menos que 18 años. Esta vez fue el Correa argentino el que le asistió para hacer el tercero en un formidable remate. Fue la guinda a un gran partido, en medio de un emocionado Metropolitano, que veía además como Simeone metía matemáticamente por sexta temporada consecutiva al equipo en la Champions League. Antes de que él llegara, el Atleti había jugado 8 Copas de Europa o Champions en toda su historia. Algunos deberían tomar nota…

Terminaba una tarde llena de emociones, en la que los niños fueron los protagonistas. Los pequeños y el mayor, el que por más años que cumpla nunca dejará de serlo. Gracias, Fernando. Gracias, Niño.

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