El Atlético de Madrid afronta un nuevo parón internacional con el fantasma de los empates merodeando. Además, con el derbi al final del túnel. Un momento de reflexión en el cual Simeone y su cuerpo técnico deberán arreglar los problemas. Asaltan las dudas en el entorno colchonero. Muchas son las preguntas. ¿Se ha acabado el ciclo? ¿Simeone debe seguir? ¿El equipo debe cambiar su forma de jugar? Y una, entre todas ellas, asalta la mente de todos. ¿El unocerismo sigue vivo? Así se encuentra el Atlético de Madrid en estos momentos. El verdadero Atleti no duda de los que hay, pero sí se hacen estas preguntas.

El unocerismo, junto al Cholismo, han sido clave en los éxitos de Diego Pablo y su plantilla. El método infalible por Simeone parece comenzar a fallar y ahí llega la duda… ¿verdad o fantasía? Los partidarios del unocerismo se escudan en los éxitos. Los opositores defienden su argumento en que hay jugadores para jugar al fútbol. Un debate sano y amigable que se da entre atléticos que buscan el bien para el equipo.

El unocerismo, algo más que un método

FOTO: AtléticoDeMadrid
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El juego de  Simeone, desde su llegada, se ha basado en saber defender, estar sólidos atrás y aprovechar la más mínima. Esto, tras el año de la liga, acató una denominación: el unocerismo. Un método querido por aficionados colchoneros y odiado por rivales. Un partido horroroso podía convertirse en uno bonito con una defensa sólida atrás y un único remate entre los tres palos. Así se solventaban muchos encuentros. Pero las dudas han llegado tras el inicio liguero. El Atleti ha empatado un total de nueve encuentros entre las tres competiciones. La defensa no es lo mismo que antaño y arriba, sin Costa aún, meter un gol es un suplicio. Pese a ello, el unocerismo perdura. Tres victorias por la mínima (Málaga, Celta de Vigo y  Depor) hacen ver un halo de luz al fondo del túnel. Un halo al que agarrarse y con el cual poder soñar la vuelta del mejor unocerismo.

Los más reacios a él lo critican. La cantidad de jugadores en el centro del campo es la excusa. Señalan que hay jugadores con la calidad suficiente para poder optar a un juego más vistoso. Algo que Simeone ha intentado, en pocas ocasiones, y no ha conseguido. El Cholo es un fetiche del 4-4-2 y pocas veces lo varía. Es algo que va en su ADN. Como el sufrimiento en el ADN colchonero. Es difícil que vaya a cambiar, pero todo es posible. Mientras, los partidarios defienden que no se puede variar algo que tanto ha dado al Atleti. Reconocen que hay que variar algo que, hasta ahora falla. Señalan el gol, una de las bases del unocerismo. Además, recuerdan que el balón aéreo era primordial para el modo de juego y ahora es como un virus que se inyecta en vena. Con ello defienden la situación de un método que entienden como imposible de variar.

Por ello, el dilema del Atlético de Madrid va más allá de una serie de resultados. Va directamente a las entrañas de un Atlético que tantas alegrías ha dado. El unocerismo se ve en un puto de ida y vuelta. En un punto de realidad o ficción. Ahora le toca a Simeone y a los suyos demostrar si el unocerismo ha muerto o aún le queda un último aliento.

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